Te deseo que descanses en paz.
A ti y a todos los que sufren sin esperanza dedico estas palabras.
El derecho a una muerte digna es de nuevo objeto de polémica. Los que por sus creencias religiosas o morales están dispuestos a sufrir una larga e inútil agonía no pueden obligar a los demás a seguirlos. La obcecación por seguir una doctrina en ocasiones hace daño a los demás pero es mucho más triste cuando personas de evidente inmoralidad, como Berlusconi, se convierten en abanderados de la "defensa de la vida".
Es obvio que la eutanasia, activa o pasiva, es un tema complicado de legislar puesto que ello supone la creación de normas que tienen como consecuencia posible la muerte o el sufrimiento de personas que en muchas ocasiones no pueden decidir, por su estado de inconsciencia, o estar muy condicionadas por una situación puntual para decidir libremente.
No obstante, es evidente que si una situación de sufrimiento físico o sicológico se alarga mucho en el tiempo, las personas que lo padecen deben poder decidir, confirmando su decisión pasado un plazo desde la primera solicitud, sobre si desean prolongar ese sufrimiento o no.
Si la persona que sufre no está consciente para decidir, los más allegados debieran poder decidir entonces la solicitud del final del "ensañamiento terapéutico" y su reafirmación pasado un plazo que evidencie la firmeza de la decisión y el tiempo transcurrido para evidenciar que la recuperación no se ha producido ni siquiera parcialmente.
Querida (de verdad) Eluana:
Espero que tu sufrimiento no hay sido en vano; que se hayan removido consciencias en muchos lugares del mundo y que otros que están sufriendo, o sufran en el futuro, tengan esperanza de que se les permita descansar en paz cuando otra opción no sea posible.
Un sentido beso,
Joaquín
2 comentarios:
que dios la tenga en sus brasos y que descanses en paz. eluana dios te bindiga.
Si la Muerte forma parte de esto que es vivir, de la Vida; y si es un derecho vivir con DIGNIDAD...¿por qué no lo es también morir con DIGNIDAD?.
No me alegro de que Eluana haya muerto, no me puedo alegrar por la muerte de nadie, pero al menos me queda el alivio moral de que lo haya podido hacer con dignidad dada su situación durante los últimos 17 años de su vida.
Descanse, ahora sí, en Paz.
SOMOS EL TIEMPO
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